Munido de una linterna, Mauricio intenta arrojar un poco de luz en los misterios del jardín-huerta de la tía Chiquita.
Realiza esta tarea a plena luz del día porque no quiere encontrarse con algún sapo bichero ni con el ratón pérez, personajes que le provocan cierta animosidad a nuestro curioso y valiente bichólogo.
Obviamente que esa curiosidad le dura lo que manteca en hocico de perro...